El color crema es un blanco ligeramente tintado. Es un fondo que permite dejar correr tu imaginación en función de tu estado de ánimo. Es a la vez descansado e intemporal, y sabe unir las habitaciones y uniformar la casa en su conjunto.
Tranquilo y refinado
Color de la playa y de la piedra, el crema tiene su origen en la naturaleza. Combina perfectamente con la vasta paleta de colores naturales como los matices de marfil y de beige. De este modo, es muy elegante cuando se utiliza como efecto monocromático en una habitación de varios tonos, del más pálido al más oscuro.
Luminoso y sobrio
Para conservar la luminosidad de una habitación recalentando sus paredes blancas, no dudes en usar el crema. En efecto, estas paredes se encontrarán recalentadas y, llegada la noche, toda la habitación se inundará de una bonita luz dorada. Además, su color claro deja circular la mirada y aprovecha el carácter especial de una habitación.
Con qué combinarlo
El hecho de trabajar el crema en claroscuro te permite jugar con motivos repetitivos, lisos, rayas o un único motivo. También es un color que no “rechina” con los muebles de madera clara y que te permite mezclar los estampados.
Por último, será majestuoso con una decoración de rojos y/o de rosas porque la calidad esencial de los cremas es servir de base para los colores más intensos. Esto te permite cambiar de decoración en función de tus apetencias. Así, se pueden reemplazar fácilmente las mantitas, los cojines, las cortinas o los cuadros para renovar los colores (y la decoración) sin un excesivo trabajo.
¿En qué habitación?
Este color natural conviene a prácticamente cualquier habitación de la casa, de manera que aportará un ambiente apacible. Vivir en una casa en la que figura el crema es sentirse bien enraizado y bien anclado. Este color creará una atmósfera tranquila y acogedora.
> Si tienes miedo de que tu salón sea demasiado neutro, puedes estimularlo con muebles de madera oscura.
> Su utilización también es ideal en un dormitorio donde crea un ambiente sereno y descansado. En esta misma lógica, no dudes en asociarlo con diversos claroscuros de blancos y de beige para vestir la habitación.
> Por el contrario, una combinación de este tipo vendría mal para decorar un vestíbulo con, por ejemplo, tonos crema y una alfombra blanco roto, ya que es una zona que acoge numerosos visitantes ¡con zapatos, a veces, embarrados!
Cuidado
Con la utilización de los cremas, aparecen dos dificultades importantes que hay que saber salvar.
1º Evita la simpleza. Para ello, no dudes en jugar con los contrastes. En efecto, si toda tu decoración se inclina a los tonos claros, no dudes en reforzar el color del suelo para evitar la sensación de movimiento.
2º Respeta su tendencia expresiva. Como para los grises, los tonos crema encierran unas notas de amarillos o rosas. Los accesorios animados concordarán de maravilla con tu color crema habrá que elegirlos, por lo tanto, del mismo tono o del complementario.
Vía. http://www.enfemenino.com