El escenario de una casa, todo lo que te rodea, cada vez es más familiar para ti, de tal modo que un día dejas de plantearte si es mejorable, si realmente te gusta, si deberías eliminar esto o aquello, si hay demasiadas cosas, si es oscuro o luminoso, o si es acorde a tus gustos actuales, porque nuestros gustos y personalidad también evolucionan y cambian, no solo lo hacen las tendencias, ¿te suena?… es típico, y además el ojo humano es más crítico con lo ajeno que con lo propio: ve los errores decorativos de otros interiores con mayor facilidad que los de su propia casa, en gran medida por este efecto “costumbre”.