El dormitorio es el espacio más íntimo y reservado de la casa, un verdadero refugio donde todo debe estar perfectamente pensado y diseñado para favorecer el descanso.
Y es que en realidad no solemos preocuparnos mucho de su decoración porque pasamos la parte del día en otras partes de la casa.
Por ello, los interioristas aconsejan prestar al dormitorio tanta o más atención que a la sala de estar o al comedor.
Porque es nuestro refugio particular y en definitiva una extensión de nosotros mismos que puede ayudarnos a sentirnos mejor e incluso a influir en la relación de pareja.
Pasamos un tercio de nuestra vida en él, por lo que si no estás conforme con su aspecto actual, no se sientes cómodo/a o crees que no refleja tu personalidad, echa un vistazo a estos consejos y ponte manos a la obra:
Una habitación para dos. ¿Puede un hombre dormir en una habitación de color rosa? Probablemente sí, pero no tiene por qué. Los diseñadores afirman que un dormitorio debe reflejar el gusto de los dos y puesto que el estilo mix funciona ¡debes atreverte!
Por ejemplo, ¿por qué las mesillas de noche deben ser gemelas? En realidad no tienen que coincidir. Pueden ser diferentes y al mismo compartir un mismo estilo, color o material.
Da protagonismo al cabecero. Es el elemento perfecto para dar personalidad a tu dormitorio. Puedes forrarlo con un tejido inesperado como el terciopelo, o bien elegir el material que más te convenga, como el bambú, la madera o una tela estampada.
Apuesta por los tonos clásicos como el azul y el blanco. Es la combinación perfecta y se puede jugar con la intensidad mezclando tonos con la misma gama en los cojines, la ropa de cama, las cortinas o las paredes. Incluso se pueden añadir pinceladas en verde.
Además, otras combinaciones que funcionan son: rojo, amarillo y naranja; marrón chocolate, azul y blanco; maderas oscuras o amarillo miel y blanco.
Deja pasar la luz. Si tu habitación no recibe mucha luz natural, no cubras las ventanas con tejidos muy gruesos. Opta por unos visillos transparentes para ayudar a mantener la habitación iluminada.
Crea tu propia galería de arte. Quizás te parezca una exageración, pero dormir en un entorno neutro, frío y sin pasión repercute negativamente en el estado de ánimo.
Evita las paredes en blanco, de lo contrario la habitación parecerá vacía y triste. Lograrás darle vida si reservas una pared y la decoras con fotos e ilustraciones.
En este caso, puedes optar por una gran fotografía en blanco y negro para darle un aire más atractivo y moderno al dormitorio o crear un collage visual con diferentes imágenes.
Piensa antes de colocar los muebles. Asimismo, un espejo bien colocado puede hacer que una habitación parezca más grande. Pero ten cuidado de donde lo pones: expertos en Feng shui dicen que un espejo colocado enfrente de la cama reflejará la mala energía.
Y lo mismo sucede con la cama. Puede parecer bonito colocarla bajo la ventana, pero aparte de no ser saludable (por aquello de las corrientes, humedades y resfriados), las ventanas 'roban' la energía al tiempo que un sólido muro te protege y mantiene fuerte.
Si tienes sitio... pon una butaca en un rincón o un banco a los pies de su cama. Así podrás utilizarlo como descalzador, sentarte a leer o relajarte antes de acostarte.
Flower Power. Las flores de gran tamaño añaden colorido y vitalidad al ambiente. Funcionan particularmente bien en las habitaciones decoradas neutras. Compruébalo colocando sobre la cama un par de cojines muy llamativos o colgando unas divertidas cortinas de flores en las ventanas.
Controla el desorden. Llenar una habitación con demasiadas cosas hará que se sientas abrumado. Mira a tu alrededor: ¿De qué estás cansado? ¿Qué te gusta? Estar en una habitación ordenada y limpia relaja la mente.
¡Mira hacia arriba! No te olvides de que hay una quinta pared: el techo. Decorarlo con una moldura añadirá un toque de elegancia a tu cuarto. También puedes pintarlo en un tono divertido, con rayas o reproducir tu obra de arte favorita. Eso sí, solo en habitaciones con techos altos.