1. Desenchufar.
Antes de empezar a organizar tus cables debes desenchufar todos, así podrás ordenarlos sin que se enreden unos con otros para que puedan desconectarse fácilmente cuando sea necesario.
2. Identificar con etiquetas de colores.
A continuación debemos identificar cada cable con una etiqueta unida a un cordel en la que escribiremos el nombre del aparato al que pertenece. Otra alternativa es colocar un trozo de cinta adhesiva transparente en el cable, insertando un papel con el nombre entre ambas capas del celo. Esta solución es práctica y resistente.
Si quieres, puedes cambiar el color del papelito en función del tipo de aparato. Por ejemplo, para todos los cables del ordenador puedes utilizar una etiqueta de color amarillo y para los de la televisión, papeles rosas.
3. Agrupar los cables.
En el mercado existen algunos utensilios que nos facilitarán esta labor de organización, tales como espirales para agrupar y esconder los cables, tiras de velcro para agrupar varios cables y desenroscarlos con facilidad o unas simples bridas para recogerlos.
Si no quieres gastarte dinero en estos utensilios, siempre puedes recurrir a una goma elástica o a los alambres plastificados con los que se cierran algunas bolsas de alimentos.
4. Caja de cartón.
Para guardar algunos cables que solo utilizas de manera puntual y que pueden retirarse de su aparato sin problema, puedes utilizar una caja de cartón.